lunes, 11 de agosto de 2008

Literatura subterránea

Bajé la vista sin cerrar el libro, con un dedo índice como improvisado señalador.

Las hojitas estaban tiradas en el piso del vagón. Nadie les prestaba atención.

Acerqué una con la punta de la zapatilla y la leí. La levanté, la di vuelta y noté que continuaba en el reverso.

Firma, aclaración y fecha. Todo por el mismo precio.




Ahora Marcelo comparte las páginas de un libro de Roberto Bolaño.


Velas a Balzac

3 comentarios:

Hilario González dijo...

¿Una hojita que se perdió accidentalmente o un panfleto mal intencionado?

Alejandro Güerri dijo...

el subte echa subliminal lectura en el suelo: dejar de leer para seguir leyendo.

Anónimo dijo...

también pensé: ¿descuido o campaña?
muy bueno el escaneo