viernes, 9 de enero de 2009

Universal

Estaba parado en un bar libre de humo con la vereda llena de gente fumando cuando vi en la pared que tenía en frente la figura del camello más famoso, ese que supuestamente tiene a un tipo meando en una pata, con una frase debajo que me resultó contundente: "El fumar es perjudicial para la salud".

Caí en la cuenta de que pocos productos publicitados tienen un eslogan en común; ninguno uno tan bueno. Si los remedios advierten ("ante cualquier duda, consulte a su médico"), las bebidas alcohólicas reprimen y segregan ("Prohibida la venta a menores de 18 años"). En cambio, lo que comparten los avisos y paquetes de cigarrillos es una máxima válida para todo el mundo, que apela a una pulsión vivida por todos, la de muerte.

Salí a la vereda con estas ideas medio revueltas, todavía como revelación o esbozo, ya sabiendo que algo iba a escribir, y vi muchas manos cuyos dedos apretaban cigarrillos, risas y palabras dichas entre humo, ¿me das fuego?, parado ahí, hasta que la ropa se impregnó por completo.

2 comentarios:

Hilario González dijo...

Me gustó lo de pulsión vivida vs. muerte en la misma frase.

"Bar libre de humo" es una contradicción en si misma. Este mundo tira para abajo.

Nadia dijo...

Ahora todo es libre de humo. Menos Buenos Aires, que cada tanto recibe tufos y humaredas extrañas. Me encantó el texto, pero seguiré en la vereda de los fumadores.