martes, 23 de septiembre de 2008

Sueño mojado

Soñé que me movía a Michael Phelps.
En los JJ.OO. lo fui a ver. Estuve entrenando mucho en mi deporte, el judo, pero no me sirvió para nada porque las chinas y las ponjas te la ponen en dos patadas. Quedé última en la primera competencia y me quedó un huequito para ir a verlo. Se ve que me quedaron patentes en la cabeza sus brazadas de pez macho. Al principio no me gustó, pero después lo empecé a ver por todos lados y me enamoré.
Soñé que estaba encima de él, empujando endemoniada, agarrada de esos muslos cortos, mordiendo de vez en cuando sus súper bíceps. Michael estaba en trance, con los ojos cerrados, y yo aprovechaba para espiar la casa, a ver donde tenía las ocho medallas. Después acabábamos y él al rato se dormía, entonces yo me ponía una remera de él y me escapaba de la cama para recorrer su mansión nueva y sacarle una de sus preseas. Abrí el ropero, un armario, el botiquín, atrás del microondas, pero nada. Hasta que fui al rincón más importante de la casa del hombre-pez: la piscina.
Me agaché a mirar el borde de la pileta iluminada, con la brisita de la noche entrándome en la quetejedi, y vi que había una vitrina con candado en el fondo. Desde ahí me saludaban las ocho de Beijing y las de los otros Juegos. Yo me zambullía y me ponía a intentar abrir el gran cofre, pero a cada rato necesitaba salir a recuperar el aire. Obvio que Michael escuchó mis chapuzones y se tiró a la pile desde la ventana. Cuando notó mis intenciones no dudó en develar la verdad: las piernas petisonas se le convirtieron en aleta caudal. Y hecho todo un sireno malo me sostenía la cabeza abajo del agua, mientras me salían burbujitas de desesperación.
Ahí me desperté.

Nadia Hardy

5 comentarios:

Unnamed sob dijo...

Ella seguía sus instintos y él era un animal.
Me gustó.

Hilario González dijo...

Pobre, qué frustración, el yudo ni siquiera le sirvió para safar de la llave del hombre-phelps. La lucha era abajo del agua, eso es un atenuante.

Las manos sucias dijo...

Sentí la frescura del chapuzón a medianoche en una de esas piletas de interiores!

Anónimo dijo...

en el medio me olvidé que era un sueño

Anónimo dijo...

Yo te regalo mis medallas de cuando jugaba al paddle y te garantizo placer hasta el final!